Cuando viajé a Cusco, Perú y luego de recorrer por dos semanas la mayor cantidad de ruinas Incas que estuvieron a mi alcance, se me vino una pregunta a la cabeza: ¿Cómo fue que los españoles pudieron conquistar tan basto y poderoso imperio? Para despejar dudas charlé con gente idónea de la historia y finalmente, adquirí un libro para saber mas: “Historia del Tahuantinsuyo” de María Rotsworowski de Diez Canseco. El mismo resultó sumamente interesante y, entre otras cosas, aclaró mis dudas al respecto. Aquí paso a contarles, a juicio propio, lo aprendido y comprendido de cómo fue que un puñado de españoles aplastó el Tahuantinsuyo.
El Imperio Inca duró aproximadamente 100 años. La palabra “Imperio” trataré de no emplearla de ahora en adelante debido a que es un término europeo y no andino, en reemplazo usaré la palabra Tahuantinsuyo, que es como se llamaba verdaderamente las cuatro regiones bajo el dominio Inca.
Los Incas comenzaron el sometimiento de otras macroetnias existentes en el Perú hacia el año 1438, cuando lograron apoderarse de Cusco “ombligo del mundo” y capital del Imperio; cada macroetnia estaba bajo el gobierno de Grandes Señores, a quienes los Incas ofrecían dos alternativas para aceptar la sumición; en primer término los invitaban pacíficamente a participar de un sistema de “reciprocidad”, en el cual los incas ofrecían regalos, mujeres y grandes fiestas en la plaza principal del Cusco, donde bebían y festejaban lazos de amistad, a cambio del reconocimiento del soberano y de mano de obra para la construcción imperial (agricultores, arquitectos, orfebres y guerreros que lucharían bajo el mando de jefes incaicos) En segundo término, de no aceptar este sistema de “reciprocidad”, se recurría la fuerza para el sometimiento. El sistema de reciprocidad no tuvo lugar en los extremos norte y sur del Tahuantinsuyo debido a las largas distancias y a que se hacía insostenible practicar dicho método en tan basto territorio.
En la plenitud del incario, la gran expansión fue difícil de controlar. Lejos de una armonía y paz perdurable, los levantamientos contra los Incas eran constantes y se acentuaron debido a una disputa de poder entre los hermanos Huáscar y Atahualpa, herederos del gobierno de Huayna Capac. Esto coincidó con la llegada de los españoles, situación favorable para los mismos ya que el Tahuantinsuyo se encontraba debilitado debido a la lucha civil por el poder disputada entre los hermanos. Después de varios años de guerrear, Atahualpa derrotó a Huayna Capac y se consolidó como el Inca gobernante.
La pregunta es: ¿Cómo pudieron los españoles con tan solo un centenar de hombres conquistar el Tahuantinsuyo?
Pizarro advirtió los sucesos recientes y, gracias a informantes y aliados, logró tomar contacto con Atahualpa.
Por otro lado habían informado también a Atahualpa de extraños seres que viajaban en casas flotantes de madera y que montaban enormes y desconocidas bestias. Esto generaba mucha intriga en el jefe Inca, quien movido por la curiosidad e insertidumbre aceptó un encuentro con dichos seres. El acercamiento se dio mediante regalos entre ambas partes, Pizarro obsequió copas de vidrio al Inca supremo, mientras que Atahualpa devolvió la gentileza con comidas y especias.
No se sabe con exactitud cómo fue la emboscada que los españoles tendieros al gobernante del Tahuantinsuyo. Atahualpa fue tomado como rehén y luego ejecutado. Acéfalos de gobierno, las etnias que en su momento fueron dominadas por los Incas, vieron en los españoles la oportunidad de recuperar su tan deseada libertad y se unieron a sus ejércitos para terminar con el Tahuantinsuyo. Dicha libertad jamás llegó, puesto que una vez conquistados los Incas, los recursos de naturales fueron saqueados y tuvieron que postrarse ante la cruz y los reyes de España. De ahí la añoranza latente y respirable en el Perú por los tiempos de los Incas...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)