Juego de Alimañas en San Telmo

viernes, 30 de enero de 2009


El verano hincha los adoquines de una calle de San Telmo.
- Me tenés los adoquines hinchados, verano – diría San Telmo.
El vaho tiembla el aire.
Una disputa celosa juega ping pong entre dos edificios enfrentados, separados entre sí por la calle que arbitra el partido, hace de red y sanciona el cruce corpóreo dejando colar solamente las palabras a grito pelado.
Desde las ventanas distantes, con un lenguaje verdaderamente animal, comienza el partido:
- Vos sos un Moscabeja, hoy me mandás a la miércoles y mañana me tiras con flores!!! Ponete de acuerdo, o mosca o abeja.
- Y como querés que trate a una Luciernagata como vos, que en plena luna llena se florea por la vecindad con cuanto Caballornero se le cruce.
- Vos crees que por tener un cargo municipal podés llevarte a todos por delante. ¡Acaso te crees Gorilagarto!
- Momentito. Que yo sea delegado de San Telmo y sus adoquines hirvientes no-te-da-de-re-cho a llamarme Gorilagarto. ¡Vacaraña de cuarta!
- Sos pesado como Orcaballo, che. Debe venir por parte de padre.
- No te metas con Papagayo eh! Que yo soy mas javaliebre que cualquiera; no se me escapa ni una, y eso a vos no te conviene porque no podés florearte tranquila.
- Pensá lo que quieras Moscabeja.
- ¡Eh, che! No cierres la ventana Luciernagata. Que te pensás. Ma” si...

La rabieta crispa el aire estival, que caliente de por sí, se eleva unos 3 grados por encima del pronóstico anunciado.
Partido culminado, triunfa Moscabeja por abandono de Luciernagata.
En Santelmo suceden cosas así, de vez en cuando sus viejos edificios juegan ping pong, se enfrentan, se ganan, se pierden, se festejan. Laten las pasiones en grititos redondos que rebotan en la cara, en la vereda y en la cara. Cara, vereda, cara. Cara, vereda, cara. Hasta que alguno no aguanta más el calor y cierra la ventana de un sopetón.

WARDA !

jueves, 22 de enero de 2009


Todos miran hacia arriba, zumban, se los escucha y no se los ve. En cualquier momento aparecen. Son los pájaros de acero que vienen a descargar su bosta en el hormiguero.
Silban, a la derecha, a la izquierda, en las narices. De sol a sol, chiflan el aire plomos y plomitos.
Casas y edificios escupen vidrios a la calle, se quiebran y se acuestan a dormir la siesta del ruido.
De aquel lado de la medianera, respiran profundo el olor dulzón de la masacre. De este lado no respiran. De aquel, agradecen al de arriba el plato de cada día. De este, un nudo en el estómago les impide agradecer.
¿Quién enjaula a esos pájaros? ¿Quién silencia a los plomitos? ¿Quién se horroriza por ese muro? ¿Quien juzga aquel hormiguero? ¿Quién grita por esas gargantas? ¿Quién?

Conferencias de Almasucias

miércoles, 7 de enero de 2009

En la XXIII conferencia de la OAPR (Organización de Almasucias para Pasar el Rato) se trataron temas como el siguiente: “Preocupación por la creciente población de Uñasucias”
En una gran pantalla de líquido plasmático elaborado con hígados de pandas chinos y no se cuantas excentricidades más, que arrancaron un “Ooooh!!!” parejo y hasta casi ensayado de las gargantas del público presente, se proyectaron las imágenes con la temática correspondiente.Apareció en pantalla un mapamundi gigante con estadística y todo.

El disertante se presentó entre aplausos y luces extravagantes. Dijo que era Licenciado en Suciólogía (ciencia que estudia las suciedades humanas), antes que persona. Dijo que tenía choclo de posgrados, antes de cómo se llamaba. Miró a los espectadores de mucho párpado caído y comenzó el discurso puntero laser en mano.

- Los puntos negros refieren a la población uñasuciente. Los blancos a la almasuciente.

Una varicela de puntos negros invadió el mapamundi, la mayoría de los continentes estaban casi completamente oscuros. En la sala, silencio. En medio del silencio, algunos “glups” resonando desde las gargantas que tragaban saliva. Antes de que el Almasuciólogo expusiera el punto número 2, el salón quedó vacío. Los Almasucias habían huido despavoridos ante semejante primer punto horrorizante.
Pájaro de mal augurio este Suciólogo que hacía evidente la amenaza a la burbuja de cristal.

Pasa así cada vez que la OAPR se reúne. A lo sumo se llegan a tratar 2 de los 120 temas que prepara el disertante. Se huye, se olvida la atrocidad expuesta, y se vuelven a juntar al año siguiente para repetir el mismo itinerario al que ya están acostumbrados.
 
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